Padres separados de sus hijos: el Síndrome de Alienación Parental

sábado, 7 de junio de 2008
Ya hemos planteado en este blog que los varones muchas veces no asumen como debieran sus obligaciones como padres. Una serie de factores se confabulan para ello.

Lamentablemente, en algunas ocasiones el alejamiento del(a) hijo(a) no proviene de la iniciativa del padre. Por el contrario, viene del hecho que quien cuida al niño(a) -muchas veces las madres- son quienes no quieren que la relación padre-hijo se dé con la frecuencia, intensidad y amor que debiera. Es más, ocurre una sistemática intención de romper dicho vínculo, que el padre simplemente desaparezca. Es lo que se denomina
Síndrome de Alienación Parental (SAP). Obviamente, la gran mayoría de las madres no realiza esto, por el contrario, muchas se ven aquejadas por la dificultad para que los padres se involucren en la crianza de los niños y niñas. Pero este caso es diferente.

Podemos considerar
el SAP como la "programación" de un(a) hijo para que rechace a uno de sus padres, que generalmente es el que vive sin ellos, sin que tenga una justificación. O sea, se le dice al niño (y al resto del mundo) que el padre es violento, negligente, abusivo, etc. cuando en realidad no lo es.

Este problema fue descrito por primera vez por el académico estadounidense Richard Gardner, quien, a partir del libro The Parental Alienation Syndrome (1992) y otras investigaciones, muestra que este fenómeno permanece invisible en nuestra sociedad y genera tremendas consecuencias: un(s) niño(a) ansioso o depresivo, que termina odiando a su padre, y un padre angustiado por tratar de dar su amor y cariño a quien dio la vida, pero que se ve impedido de hacerlo por una increíbla cadena de obstáculos. Recientemente el Colegio Oficial de Psicólogos de España (COP) ha reconocido la existencia de este fenómeno.

El progenitor alienador puede realizar una variedad de conductas para obstaculizar el vínculo, entre las cuales podemos encontrar:

  • Rehusar pasar las llamadas telefónicas a los hijos.
  • Organizar varias actividades con los hijos durante el período que el otro progenitor debe normalmente ejercer su derecho de visita.
  • Presentar al nuevo cónyuge a los hijos como su nueva madre o su nuevo padre.
  • Interceptar el correo y los paquetes mandados a los hijos.
  • Desvalorizar e insultar al otro progenitor delante los hijos.
  • Rehusar informar al otro progenitor a propósito de las actividades en las cuales están implicados los hijos.
  • Impedir al otro progenitor el ejercer su derecho de visita.
  • "Olvidarse" de avisar al otro progenitor de citas importantes.
  • Cambiar (o intentar de cambiar) sus apellidos o sus nombres.
  • Impedir al otro progenitor el acceso a los expedientes escolares y médicos de los hijos.
  • Irse de vacaciones sin los hijos y dejarlos con otra persona, aunque el otro progenitor esté disponible y voluntario para ocuparse de ellos.
  • Contar a los hijos que la ropa o regalos que el otro progenitor les ha comprado, son feos, y prohibirles usarlo.
  • Amenazar con castigo a los hijos si se atreven a llamarle, escribirle o contactar con el otro progenitor.
Este fenómeno suele ocurrir (aunque no exclusivamente) gatillado por conflictos judiciales. El grupo juvenil Kudai lanzó hace poco un tema ("Tú") alusivo a este fenómeno, el cual ilustra claramente lo que le sucede a un padre en estas circunstancias.


Este video también puede ser visualizado acá.

Este problema, que afecta más fuertemente de lo que uno cree a simple vista, requiere un trabajo con perspectiva de género, por cuanto, como hemos dicho en ocasiones anteriores, el vínculo padre-hijo ya está demasiado debilitado en nuestra sociedad. En posts siguientes profundizaremos en los diversos aspectos que el Síndrome de Alienación Parental posee.

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